El faro

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viernes, 15 de noviembre de 2013

TENGO UN FAMILIAR CON DEPRESIÓN...

¿QUÉ PUEDO HACER PARA AYUDARLE?



1. Deseche razonamientos como: " Está así porque quiere", "Lo que pasa es que no tiene fuerza de voluntad", "Todos tenemos bajones, pero es que los exagera mucho".
 
2. Sepa que es una enfermedad importante, no le diga, "No es nada", "Ya se pasará".
 
3. Conozca bien qué tipo de depresión es la que padece; el médico informará adecuadamente, pregúntele todo lo que no entienda.
 
4. Aprenda cuál es el tratamiento concreto para él o ella y ayúdele a cumplirlo de forma amable, pero sin concesiones, pues la apatía o el olvido pueden hacer que lo deje de lado sin mala voluntad.
 
5. Sepa qué cosas ha de hacer inexcusablemente y cuáles puede dejar pasar, articulando la exigencia con las concesiones (previamente pactadas con el médico ).
Usted puede ser el copiloto que ayude al terapeuta a dirigir al enfermo hacia su destino: la salud.
 
6. Tenga una actitud comprensiva. No le eche sermones ni le ridiculice. Cuente con él y con sus opiniones.
 
7. No le obligue a contar "sus sufrimientos" o a realizar actividades. Depende de cada persona, pero es mejor esperar a que él o ella tome la iniciativa y habitualmente no espera que le den consejos o soluciones; simplemente que le escuchen y "padezcan con él o ella". Haga como un buen camarero, que ofrece lo que tiene, adornándolo convenientemente, pero sin obligarnos a tomarlo.
 
8. Acompáñale al médico, no como "policía judicial" sino apoyándole y para informar al médico de mejoras, o retrocesos, que el paciente puede no haber notado o no quiere contar por miedo o vergüenza.
 
9. No deje que tome decisiones importantes.
 
10. Realce los avances que haya, sin exageraciones, y reste importancia a los retrocesos.
 
11. Confíe en el médico y en el tratamiento. Si ve que no hay mejoría o que empeora, antes de desprestigiarlo ante el enfermo, cambie impresiones con el médico.

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