El faro

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viernes, 23 de mayo de 2014

MALTRATO PSICOLÓGICO

VIOLENCIA VERBAL EN LA PAREJA: UN MAL QUE DEJA HUELLAS INVISIBLES 




LA VÍCTIMA

La víctima es la persona que sufre las agresiones. En general son mujeres, aunque también hay casos de hombres. Los hechos al comienzo pasan desapercibidos, pero cuando se vuelven regulares pueden generar una auténtica pesadilla.

EL AGRESOR

 

Para conseguir su objetivo, el victimario apela a:

1. Destruir la autoestima de su pareja con las frases antes mencionadas o mediante amenazas.

2. Generar una dependencia económica para lo cual evitará que su pareja consiga un trabajo.

3. Alejar las relaciones en la vida de su pareja, como amigos o familia.

4. Simular ser alguien impecable en público para desacreditar luego a su pareja en caso que esta lo denuncie.
Si la víctima le reprocha su actitud, el abusador tenderá a:
1. Ignorar lo que dice –“¿De qué estás hablando?”–.
2. Minimizar lo sucedido –“No exageres”–.
3. Generar un maltrato aún mayor –“Ahora vas a ver”–.
En la relación, el violento cuanto más somete a su pareja mejor se siente. Se siente vivo gracias a que tiene a otro a quien denigrar señalándole permanentemente sus defectos y sus errores.

¿Cuánta energía extra consumimos al detenernos a pensar cuestiones tales como: “¿Cómo se levantará hoy?, ¿tendremos un día de paz o de guerra?, ¿estará de buen ánimo o nos arruinará el día?” 
                     “Las palabras son como las abejas: tienen miel y aguijón.”
Características del violento verbal:
• El agresivo verbal es mordaz, intimidante, ofensivo: sin importar cuál sea el tema sobre el que se esté expresando, su objetivo será despertar el miedo y la intimidación de los otros, asegurándose así poder y autoridad, dominio o facultad que no sabe transmitir de otra forma. Su propia inseguridad es la que le impide establecer vínculos sanos y relaciones interpersonales prósperas.
• Es sarcástico e iracundo: despliega la artillería más pesada que tiene en su discurso y, cuando lo hace, tú piensas: “¿Todo ésto estaba dentro de este hombre o de esta mujer?” Su boca es manantial pero no de aguas cálidas y mansas, sino de agresión y acoso verbal, capaz de revertir en un segundo la paz y la tranquilidad en la que estabas, para meterte en medio de un campo de batalla.
Ejercerá su poder a partir de:
• Los gritos
• La incontinencia verbal
• Los malos tratos
• La desvalorización continua de sus semejantes

El agresivo verbal tendrá como objetivo hacerte sentir poca cosa, incapaz, débil e inseguro. Su fin es que creas que él sabe todo y que, además de saber más, tiene la capacidad y la autoridad para llevar a cabo lo que se proponga. Lo más probable es que personas como tú, en un intento desmedido por mantener la calma y no perder el control, dado que no te gustan los enfrentamientos, cedan, para evitar más confrontaciones haciéndose cargo de cada palabra y de cada hecho aunque no les competa.
Los  receptores de esta violencia verbal se preguntan: “¿Qué hice para que él o ella me tratara así?”
La respuesta es:
Tú no hiciste nada. Hagas o no hagas, el violento verbal siempre encontrará motivos para discutir y establecer conflictos.

 Rasgos específicos de un”violento verbal”:
• Iracundo
• Agresivo
• Manipulador
• Ambivalente
• Inestable
• Sarcástico
Por norma, emite mensajes confusos y conversaciones difíciles de sostener. Un día te ama y al otro instante te odia. En un determinado momento podrá decirte que eres la mejor persona y la única con quien puede contar, y al segundo tratarte de inservible e incapaz. Y así es como frente a esta dualidad, el manipulador te desestabiliza y te hace dudar acerca de tus emociones hacia él, haciéndote perder el control de la situación: un día lo amas y al otro no lo entiendes.
Entretanto,  te concentras en la persona violenta: en lo único que piensas es en cómo hablarle, en cómo presentarte ante ella...
Tu meta se transforma en qué hacer y qué no para no despertar su ira. Buscarás las mil y una formas posibles de poder caerle en gracia, intentando ser aceptado, sin saber que hagas lo que hagas su conducta será cambiante e irritable. 
• El objetivo del “violento verbal” siempre será confundirnos,hacer pasar lo normal por anormal y viceversa.
• Tratará por todos los medios de intimidar tu accionar y coartar tus expresiones.
El conoce muy bien el impacto de sus manipulaciones y registra a la perfección el efecto de sus gritos. Sabe que con su violencia logrará intimidarte, despertando ese miedo que te hace querer encerrarte en ti mismo. Desde esa posición, todo lo que piensas no podrá ser verbalizado, y tus emociones, junto con tus palabras, quedarán arraigadas dentro de tu boca y suspendidas en tus sentimientos.
En medio de un clima así, de agresión y maltrato, es común estar a la defensiva o responder también con violencia. Lo peor es que la agresión verbal no sólo nos hace sentir incómodos, sino que logra su objetivo.
Todo éste es tiempo perdido tratando de buscar una justificación o una interpretación para la agresión o el maltrato. Si por un instante dejásemos de lado nuestro vano intento por tratar de entender el origen de este trato, podríamos entonces enfocarnos en lo que sí nos compete: cómo nos vamos a relacionar con esta persona.
Claves para tratar con un violento verbal
• Ten en cuenta que la persona violenta siempre estará a la defensiva de cualquier gesto o palabra que te atrevas a responderle.
• Recuerda que la persona violenta sabe que no es querida ni aceptada; es por ello que tratará de demostrar su enojo y su resentimiento llamando tu atención con ira, maltrato y violencia verbal e incluso física.
• Mantente alerta: el violento verbal intentará por todos los medios hacerte parte de la discusión; usará ciento y una estrategias para desbordar tu nivel de paciencia. El iracundo esperará “ira” como respuesta.
• No te sorprendas: la mayoría de los violentos verbales tendrán su visión personal de los hechos y, ante cualquier cuestionamiento por tu parte, te dirán: “A mí nadie me dice lo que tengo que hacer, yo tengo mi visión.”
Ambivalentes y cambiantes en todas sus relaciones, pueden ser tus amigos mientras le sirvas para su objetivo, pero en cuanto te animes a decirles que “no” a algo, se irán o tratarán de boicotear todo aquello que en un momento aceptaron y aplaudieron.
Evitar el choque y el conflicto debe ser nuestra meta.
Con una persona violenta siempre es prudente ser razonable y pensar antes de emitir algún vocablo. De esta forma, podremos lograr que el violento confíe en nosotros y deje de sentir que somos su enemigo, convirtiéndonos en su aliado.

Estrategias del violento verbal
La persona violenta siempre te hará sentir que eres parte de la guerra que él ha comenzado, y, por sobre todas las cosas, hará lo posible para llevarte a su campo de batalla. Sabe qué decirte, cómo y cuándo. De una u otra forma, su intención es salirse con la suya, inspirarte temor, desarticularte y obtener lo que él quiere por sobre todas las cosas.
Sus métodos:
Una de sus estrategias es tener a flor de piel una sola palabra: “no”. A todo dirá que “no”, logrando así mostrar su peor cara, intimidando y estableciendo a través de este simple monosílabo el control. Es el tipo de persona a la que le preguntas:

• ¿Te puedo ayudar?” y responde “no”
• ¿Necesitas algo? y su respuesta es “no”
• ¿Te gustó como quedó el trabajo? y otra vez dirá “no”
Todo es un “no”; su primera palabra es “no”, lo cual lo convierte en una persona incompetente e incapaz de establecer vínculos interpersonales. Sin darse cuenta, la persona negativa y violenta se va encerrando en un círculo que él mismo crea, espacio en el cual nadie quiere entrar ni participar. Lo peor es que esta misma situación termina haciendo que el violento verbal se sienta solo y rechazado, con lo cual el circuito vuelve a comenzar y su ira aumenta cada vez más.
Las personas negativas tienen como finalidad desmoralizar y paralizar cualquier proyecto o idea que pueda surgir, por eso, cuando estés frente a ellas, aléjate lo más rápido que puedas.
El tono de voz
Otra de las formas que tienen de demarcar su territorialidad es usar un tono de voz que intimide y frene cualquier respuesta contraria a la que está esperando.
El tono de voz, su gesticulación y la postura corporal que utiliza constituyen una demostración clara de lo que está esperando de nosotros y de lo que desea que entendamos.
Lo que no sabe es que ese permanente tono de voz genera en los otros un constante rechazo y falta de interés hacia todo lo que venga de su parte. Nadie puede querer satisfacer ni agradar a una persona cuyo objetivo es intimidar. Los seres humanos disponemos del instinto de preservación, que es el que nos dice que debemos alejarnos rápidamente de este estilo de personas.
¿Quién querrá elegir libremente trabajar o establecer un vínculo con el que nos ofende, nos manipula, nos degrada, nos menosprecia o nos subestima? En cambio con aquellos que nos proporcionan seguridad, estímulo y energía, la colaboración es mucho más fácil, y el acuerdo y la cooperación mutua, más sencillos de alcanzar.
El violento verbal elegirá con anterioridad y cautela el tono de voz que usará para cada una de sus palabras. El conoce muy bien lo que necesita recibir de ti: respeto, sumisión, y miedo.

La postura física y los gestos
El violento verbal no sólo manifestará su agresión y su ironía a través de su voz y de sus palabras, sino a partir de su postura física y sus gesticulaciones. Todo su cuerpo estará al servicio de su torbellino verbal. Del mismo modo, observará meticulosamente los gestos y las expresiones de sus interlocutores para aumentar o disminuir su violencia de acuerdo a cómo él evalúa la respuesta que está recibiendo.
La persona violenta querrá por todos los medios demostrar quién es el que tiene el poder y el control de la situación, y ese, por cierto, no puedes ser tú. Sin embargo, si aprendes a tratar con gente difícil y complicada, te aseguro que el que tendrá el control y el dominio de la situación serás tú.
Nuestras expresiones gestuales son una forma de comunicación sumamente importante y relevante en los resultados de la comunicación que obtendremos con estas personas; de ellas dependerá una mayor ira o una mejora en el desarrollo del vínculo interpersonal.
Recuerda que si comienzas la charla con agresión, la respuesta inminente de un ser emocional será también agresiva; en cambio, si te detienes a pensar la mejor forma de tratar con esta persona, es mucho más factible que puedas llegar a un acuerdo sin que nadie salga lastimado. En resumen: antes de hablar tengamos tacto y elijamos la clase de emisores que seremos.

Estima a prueba de balas
Ofensas, insultos y agresiones nos bombardean a diario. Hay diálogos que desde que comienzan nos indican que estaremos a punto de atravesar una nueva situación de stress. Sin embargo, si somos inteligentes y astutos podremos mantenerlos en su territorio. Veamos ahora algunas de las posibles respuestas que podemos darle a la agresión verbal, tomando la actitud correcta. Ten en cuenta que una respuesta hábil podrá desarticular al agresor, obligándolo a retroceder en sus ofensas.
En primer lugar, cuando te agredan, contesta algo incoherente y no des valor a la agresión.
Tu vista no debe apartarse de tu sueño El fin del violento verbal es entrar en tu círculo afectivo, porque sabe que si lo logra tendrá autoridad para dirigir tu mente y tus emociones. Por todos los medios tratará de robarte la paz, de llenarte de dudas y de conflictos. El es feliz cuando logra que compres sus mentiras, su cizaña; cuando llegas a este punto él sabe que ya estás en sus manos.
• Cuando logró que te llenes de broncas y de enojos es porque logró penetrar en tu círculo íntimo.

• Cuando te sientes mal por lo que te dijo y sigues guardando rencor, recordando cada detalle, es porque cediste a su manipulación.

• Cuando estás atento a lo que él tiene para decir antes de poder elegir por ti mismo lo que vas a hacer, él logró su objetivo Muchas veces esta intención no es obvia sino que se realiza a través de la manipulación; lo importante es que una vez que descubres su accionar, le pongas límites. Nosotros somos quienes debemos definir nuestra posición: qué es lo que permitiremos y qué no.

“La consecuencia menos óptima de nuestras reacciones ante los individuos que son leones tal vez deriva de la suposición de que éstos son indomables, bien sea por su título, su categoría, su personalidad o incluso por el séquito del que siempre ven rodeados, al parecer, para protegerlos.”
• En primer lugar sé indiferente, haz como si el otro no existiese; de esa forma él no tendrá lugar para entrometerse en tu vida. La indiferencia te permitirá levantar un muro,contra el cual ni el miedo ni el enojo lograrán convertirse en ese estreptococo emocional que se instala para quedarse a vivir y dirigir tus emociones.
• Date tiempo. No tomes decisiones bajo presión ni lleno de enojo, tristeza, bronca o ira. Todas las emociones son pasajeras. Piensa y luego actúa.
• Controla las acciones para crear nuevas emociones. En muchas ocasiones, las emociones se tornan incontrolables pero con esfuerzo podemos accionar voluntad y dominio propio, elementos necesarios para generar sensaciones nuevas y positivas.
Por lo general, los no violentos toleramos, soportamos, aguantamos y no expresamos ni nos deshacemos de esa violencia verbal que a diario recibimos.
 “Los hechos no dejan de existir por el simple hecho de ignorarlos. “Tú no puedes vivir la vida aceptando la violencia que otros ejercen sobre tu existencia: necesitas aprender a liderar tu propio destino y a poner límite a la agresión verbal que recibes a diario.
Poder poner límites a la ira y a la violencia verbal es salud. Encontrar el momento y el lugar correcto donde poder hablar acerca de lo que nos sucede es saludable. Necesitamos aprender a descargar nuestra ira en sanas condiciones. La violencia verbal debilita nuestro interior y nos hace sentir no aptos para alcanzar todo aquello que queremos lograr. Tal vez te preguntes: “¿A partir de cuándo dejé que esto me pasara?” Lo más probable es que la desvalorización haya comenzado con severas críticas de aquellos a quien nosotros mismos le dimos el poder de lastimarnos.
Identifica cada palabra que te molesta y te lastima y no te permitas recibirla más. Enfrentar el camino más largo a veces es más cansador y requiere de mayor perseverancia, pero seguramente te llevará al éxito.
Necesitamos diferenciar cuándo nos callamos por sabiduría y cuándo lo hacemos por temor a expresar lo que sentimos. Reconoce toda palabra que te lastima y recházala; aprende a aceptar todo lo que te promueve y te estimula, a concretar tus sueños y tus objetivos.
Poner un freno a la violencia verbal mejora y sana nuestra estima, nos habilita a elegir correctamente y a estar en paz con nosotros mismos.
Saliendo del maltrato y la violencia verbal 
En reiteradas oportunidades las personas violentas despiertan nuestros peores instintos: cuando entran en acción, nuestra paciencia llega a un límite, mientras nuestro pensamiento reiterativo apunta sin éxito a poder entender el porqué de su agresión, de su manipulación y de su confrontación permanente. Nos preguntamos sin cesar: “¿Por qué no podemos vivir en paz?”
Siento decirte que el violento verbal sólo podrá cambiar su actitud si él mismo decide hacerlo, por lo cual es importante que tú, que ya te diste cuenta de que la situación está en el límite, puedas ser libre de esa violencia y de todo vínculo
interpersonal que te resta y no suma nada a tu vida.
Estando tú en control de las circunstancias, el violento deberá detener su artillería y poner fin al ataque. En esta instancia, sabrá que fue descubierto. Unirte a su agresión es errar en el blanco: lo peor que puedes hacer es devolver
violencia contra violencia. Al no encontrar un receptor que le retribuya con su misma moneda, el emisor quedará desequilibrado, y con esa actitud lo llevarás a pensar y a que pueda darse cuenta de que no entras en su juego, con lo cual estará obligado a encontrar otra forma de comunicarse contigo.
Todos necesitamos ser escuchados, atendidos, ser tenidos en cuenta, aún esa misma persona que pareciera que no necesita a nadie más que a sí mismo. En medio de la violencia y con una actitud sana e inteligente de parte tuya, el agresivo deberá decidir si prefiere seguir en la soledad emocional en la que la cual ha decidido recluirse, o si, de lo contrario, se abre para establecer diálogos.

 Ocho principios para salir de la agresión verbal
Si sabes cuál es tu posición, nadie podrá lastimarte y las palabras de los demás serán simplemente eso: “palabras.”
1. En el área en la que te agredan emocionalmente, verás mejoras del 100 %: cada vez que te agredan y puedas salir airoso de ese ataque verbal, habrás crecido y te habrás fortalecido cada vez más, y eso significará que nadie más podrá herirte ni desenfocarte de tu objetivo.
2. Los manipuladores te ayudarán a entrar un nivel en el cual nadie más podrá lastimar tu corazón: los manipuladores emocionales no pueden hacemos abortar nuestro futuro, sino anunciar lo que está por llegar. Digan lo que digan, cuando seas libre del maltrato emocional, nadie podrá lastimarte. No basta con decir: “Soy jefe y me tienen que obedecer”, un jefe necesita, además de tener esa autoridad que emana del cargo que ocupa, poseer la autoridad que emana de ser un líder competente que sabe llevar a su equipo hacia el logro de metas, objetivos y desafíos. La autoridad adquirida es aquella que consigues cuando permites que tu carácter sea formado. La autoridad adquirida es la que ganas por ti mismo.
3. La agresión indica que el sueño y el éxito se activaron en tu vida: la agresión recibida te permitirá hacer madurar tu carácter, liberarte de las culpas profundas y aprender a rechazar el rechazo. La agresión viene a nuestra vida para hacernos madurar, obtener autoridad de carácter y así entrar a nuevos niveles de relaciones y de poder. El agresor verbal tiene como objetivo hechizarte. Pero no son los brujos los que hacen los hechizos ni los encantamientos, sino que son las palabras las que nos congelan, nos anulan y nos afectan para impedirnos acceder a nuevos niveles de oportunidades y de éxito.
4.Los agresores,  nos enseñan con quien no debemos juntarnos.

5. Los agresores deben recordarte que no hay que agradar a todos: no nos sirve vivir de la imagen y pretender estar bien con todos.

6.  El agresor verbal querrá tenerte acorralado contra las cuerdas del cuadrilátero.
El agresor querrá encerrarte y delimitarte en estructuras viejas y obsoletas, te preguntará: “¿Eres liberal o conservador? ¿de derecha o de izquierda? ¿abolicionista o racista?” La palabra expansiva duele; cuando un maestro de la palabra te desafía, duele. “Las palabras son como aguijones y fieles son las heridas del que ama”, dice también Salomón. Esto significa que una palabra de sabiduría podrá herirte pero servirá para que te expandas, para que recuerdes que siempre hay más.
7. La agresión verbal será un indicativo de quiénes serán los que te acompañarán hasta la meta, a recorrer la milla extra frente a la manipulación, el maltrato y la violencia verbal sabremos quiénes serán los que nos ayudarán a alcanzar nuestros objetivos y quiénes no lo harán. Cuando tus sueños y tus proyectos son ilimitados, resulta indispensable identificar a aquellos que te acompañarán en tu camino.
8. La agresión verbal extenderá tu mente o la limitará según cómo la proceses: el ataque verbal intentará bloquear tu potencial y los sueños que tienes por delante. Las palabras de sabiduría, de aliento, de estima, son inspiradoras y te harán extender los sueños y las visiones de forma ilimitada.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Duele...ni se puede imaginar como se siente en ese estado.No entiendes el porque de esa situación y hagas lo que hagas siempre recibirás la misma respuesta, aunque trates de ignorarlo poco a poco te hara mas y mas débil. Hasta el punto que no puedas salir; quizás por el aprecio a la persona...y te preguntes...¿Merece la pena vivir así?

Unknown dijo...

Querid@ amig@,¡claro que duele!, prero te aseguro que es cuestión de tiempo que ese dolor se supere. Cada persona es un mundo, a unos nos cuesta más que a otros superar las cosas y dada persona necesita tomarse su tiempo. ¿Merece la pena vivir así?. No, merece la pena vivir alejados de aquellos que nos dañen,de aquellos que no sepan respetarnos y valorarnos y si me permites un consejo...nunca te quedes al lado de alguien solo por cariño o lástima porque te undirás. Un abrazo...