Ejercicio nº 3
¡ RESPIRA !
Para comunicarse, es esencial estar dispuesto para el encuentro con el otro, pero también que te hagas presente para ti mismo. La respiración puede ayudarte a ello. Descubre cuál te conviene más.
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Ponte en un lugar tranquilo y observa tu respiración.
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1. ¿ Es lenta o rápida ? ¿ Respiras a nivel de la caja torácica o del abdomen ? Pon una mano sobre el pecho y otra sobre el vientre para comprobar el movimiento de uno y otro.
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2. Respira con la parte superior de los pulmones para que el pecho tenga un máximo de amplitud, y observa el mundo que te rodea. ¿ Cómo lo sientes ?
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3. Respira desde esa parte "alta", sin alcanzar tanta plenitud pectoral, y de manera más acelerada. ¿ De qué modo te influye ?
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4. Respira ahora con el vientre, de modo que puedas sentir cómo sube y baja la mano que tienes sobre el abdomen. ¿ Cómo sientes ahora el mundo que te rodea ?
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Comentario
Una respiración "alta", con el pecho, nos hace habitualmente más extrovertidos, más activos, con respecto al mundo exterior.
Este efecto se acentúa aún más si la respiración es rápida.
Una respiración "baja", con el vientre, nos ancla en el interior de nosotros mismos. Nos pone más en contacto con nuestro universo interior y nos vuelve más introvertidos.
A partir de ahora, cuando estés con otras personas, presta atención al modo en que respiras y modificarlo a fin de comprobar qué efectos tiene en la conversación que estés manteniendo.
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