El faro

El faro

sábado, 15 de junio de 2013

UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD



Carlota es una chica de veinticinco años que decide separarse. Se casó  muy joven y su matrimonio fue un autentico desastre. Después de nueve años decide tomar las riendas de su vida y comenzar de nuevo. Es madre de una niña de ocho años y de un niño de seis. Espera a que Carlos llegue de trabajar y le comunica la decisión que ha tomado. Se queda sin palabras al escuchar a Carlota, la quiere pero es consciente de que él es el mayor culpable de esa separación . Durante esos nueve años no se ha portado bien con ella. No ha sido buen marido ni buen padre. Se despiden con un abrazo y Carlota le da un beso en la mejilla. Carlos decide irse, no quiere estar presente cuando ella y sus hijos abandonen el hogar. El piso no es de ellos y económicamente no están nada bien. Además Carlota no trabaja, así  que no le queda otra occión mas que irse para casa de sus padres.
Los primeros días no son nada fáciles. Carlota siente mucha pena del fracaso de su matrimonio. Había soñado con tener una familia feliz y había fracasado. Pensaba en cómo iba a ser su vida a partir de ese momento. No podía dormir por las noches y no tenía apetito. En esos días tan duros su gran amigo Sergio no deja de estar a su lado apoyándola y preocupándose de su bienestar.
Ya hace casi quince días que se ha ido y decide que es el momento de dejar de lamentarse y comenzar de nuevo. Coge las paginas amarillas y busca empresas de limpieza. Anota los nombres y números de teléfono  y llama a todas ofreciéndose para trabajar. Ese mismo día la llaman de una de las empresas y le ofrecen trabajo para limpiar un pub los fines de semana. Aunque le pagan muy poquito y no la aseguran, Carlota no se lo piensa y acepta. No quiere depender de sus padres y lo importante para ella es comenzar a trabajar.
 
Ese fin de semana comienza a trabajar. Desea poder independizarse con sus hijos. Sabe que estar en casa de sus padres es algo temporal. A los tres meses los niños se van de vacaciones con su padre y Carlota aprovecha para buscar un piso en alquiler y matricular a sus niños en el colegio para el próximo curso. Es un piso viejo, sin ascensor ni calefacción pero con mucha claridad y que a Carlota le transmite muy buenas vibraciones en cuanto lo ve.
Ese mismo año Su hija hace la primera comunión. Está preciosa, parece una princesa con su vestido de primera comunión . A la iglesia acude Carlos con su familia y Carlota con la suya. Después lo celebran con la familia de Carlota comiendo todos juntos y terminan la tarde con Sergio.
En el piso que alquiló Carlota se respira paz y tranquilidad. Tienen muy poquito pero son felices los tres juntos.
 
Laura comienza cuarto de primaria y David segundo de primaria. Carlos no pasa la manutención de los niños y Carlota no puede hacer frente a todos los gastos. Se ha quedado sin trabajo cuando mas  lo necesitaba. Decide pedir ayuda a la asistenta social. Le conceden la ayuda para el alquiler y alimentos y además le sale un trabajo. Comienza a limpiar una cafetería y a los pocos días le ofrecen limpiar también una guardería. No es mucho pero con una cosa y otra van saliendo adelante.
Entre Carlota y Sergio surge una bonita relación. Van poquito a poco pero con una relación firme, segura y auténtica. Todo parece ir bien, pero se complica con el comportamiento de David en el colegio. No respeta las normas, tiene continuas rabietas cuando no se sale con la suya y peleas con los niños. Las profesoras están desbordadas y llaman continuamente a Carlota para quejarse o para que vaya al colegio a recoger a David y que se lo lleve para casa.
La situación es complicada y Carlota se siente desbordada. Intenta hablar con Carlos pero  cualquier intento es inútil. Se ha desentendido de todo, lleva una vida desordenada y auténticamente desastrosa. Así que tiene que hacer frente a la situación ella sola, aunque cuenta con el apoyo de Sergio hay cosas que solamente ella puede solucionar.
David repite curso, es un niño inteligente, pero su hiperactividad y su comportamiento no le dejan alcanzar los objetivos exigidos para el curso en el que está. Es un niño que reclama atención continuamente y que se frustra con facilidad  ante tanto castigo y rechazo de sus compañeros. Son dos años realmente complicados para Carlota. Sabe que su hijo necesitaría ir a unas clases particulares pero tan solo dispone de doscientos cincuenta euros para todo el mes.
La relación con Sergio es estupenda. David y Laura están encantados con él y hasta le llaman" papá".
Suena el teléfono, es Sergio.

- ¡ Hola cariño !, necesito contarte algo.
- ¡ Hola mi niña !, ¿ qué es lo que tienes que contarme ?.
- Por teléfono no. Es algo delicado y prefiero decírtelo cuando nos veamos.
- Me estás asustando.
- No te asustes cielo, solo prefiero decírtelo en persona.
- Está bien, en un rato me paso por ahí.

Sergio no tarda en pasar por casa. Carlota prepara café y mientras piensa en cómo contárselo. Es algo inesperado y que no habían planeado. A Carlota le hace feliz, pero no sabe cómo se lo tomará Sergio. Le observa mientras sirve el café. Los niños le han cogido de la mano en cuanto le han visto entrar en casa y se lo han llevado a jugar con ellos.

- ¡ El café está listo !, chicos vosotros tenéis la merienda en la mesa.
- Ya vamos mamá, dice Laura.
Una vez en la mesa todos juntos, Carlota les dice que tiene algo que contarles.
- Os tengo que dar una noticia, dice Carlota.
- Estamos impacientes por saber, dice Sergio.
- ¡ Sí, mamá!, di nos ya de que se trata, dice Laura.
- ¡ Sí, mamá !, dice David.
- ¡ Chicos...!, estoy esperando un bebé.

Laura y David se ponen muy contentos al saber que van a tener un hermanito o hermanita, pero Sergio se queda en silencio. Durante unos minutos no dice nada. Cuando por fin asimila las palabras de Carlota no deja de hacer preguntas. Es el hombre más feliz del mundo al saber que va a ser padre. Quiere irse a vivir con Carlota, pero ella piensa que por los niños es mejor ir poco a poco. Ira quedándose algún fin de semana hasta que se quede definitivamente.
El embarazo va muy bien y ambos están felices juntos. Laura y David disfrutan de Sergio como si fuera su verdadero padre. Han encontrado en él esa necesidad de cariño que les faltaba.



Carlota va hacer una ecografía en la que le confirman que todo está estupendamente y que además tendrá un niño. Cuando le da la noticia a Sergio este se pone feliz, piensa en cuando sea mayor y le lleve al fútbol. Le llamarán Samuel.
Es Jueves Santo, Carlota se acuesta un rato después de comer y al cabo de una hora aproximadamente se despierta con un pequeño dolor. Espera  un rato y al ver que no se le quita se levanta. Sergio la ve encogerse y le pregunta qué le pasa. Cuando Carlota le dice que tiene unos pequeños dolores, se pone nervioso y quiere llevarla para el hospital. carlota está tranquila a pesar de ser la primera vez que se pone de parto por si misma, ya que el de Laura y David han sido provocados. Intenta calmar a Sergio y le pide que controle el tiempo entre contracción y contracción. Cada vez son más seguidas, no hay duda de que se ha puesto de parto. Se van para el hospital, Carlota está muy tranquila, se concentra entre contracción y contracción para controlar el dolor. Nada más llegar la revisan y confirman que está de parto. Sergio está muy nervioso, se nota que es primerizo. Todo sucede muy rápido, en a penas dos horas Carlota a dado a luz un hermoso niño. Sergio está a su lado y se emociona cuando le dan a su hijo. Carlota en cuanto ve al niño le dice a Sergio que es igualito a él pero en pequeñito. Ha nacido sano y muy blanquito.
Sergio estuvo con Carlota hasta que terminaron de ponerle los puntos y después salió a dar la buena noticia a las familias que esperaban ansiosos. Para los padres de Sergio era su primer nieto y estaban como "locos". Todos deseaban conocer ya a Samuel.


Por fin ya en la habitación con su Samuel y toda la familia. Lo cogieron un ratito cada uno y se despidieron, ya que era por la noche y no podían quedarse más tiempo. Ya a solas, Carlota cogió a Samuel en sus brazos, no se cansaba de mirarle mientras le daba de comer. Le hablaba y él giraba su cabecita hacia su voz. Pensaba en lo bonito que estaba siendo su maternidad por tercera vez.  Al lado de Sergio todo era bonito y sencillo. Era feliz, todo parecía un bonito sueño, hasta que después de unos meses la conducta de David empeora. Piensan que pueden ser celos y le hacen sentirse importante y participar en los cuidados de Samuel. Es muy protector con su hermano y participa gustoso en sus cuidados. Pero su comportamiento no solo no mejora si no que empeora, teniendo que llegar a llevarlo al hospital. Carlota y Sergio temen que  su agresividad pueda no solo lastimar a alguien si no a él mismo. La situación se le va de las manos y sienten que él puede llegar a lastimarse.
En el hospital deciden dejarlo ingresado para hacerle pruebas e ir descartando posibilidades. Son quince días muy duros para Carlota y para Sergio. Carlota se queda día y noche en el hospital con David y Sergio pasa todas las mañanas para hablar con los médicos y por la tarde en cuanto termina de trabajar va al lado de Carlota. Laura y Sergio se quedan con los padres de Sergio. Carlota extraña mucho a Samuel, a penas tiene ocho meses.
Carlos no pasa por el hospital hasta varios días después y tan solo estuvo media hora y se fue. Carlota se sentía decepcionada. Carlos era el padre de sus hijos mayores y aunque tenía a su lado a Sergio lo normal era que Carlos le diera su apoyo y estuviera a su lado.
Después de quince días muy duros le dieron el alta a David. Todas las pruebas estaban bien, pero lo derivaron a salud mental donde deciden ponerle un tratamiento. Pasa el tiempo y David acude todos los meses a la consulta de psiquiatría infantil. Hay una mejoría y parece que todo vuelve a estar bien. Pero esa situación dura poco tiempo. David se pasa los días gritando, golpeando muebles...
Samuel se despierta llorando, no saben que le sucede y deciden consultárselo a la pediatra. Tras mandarlo al neurólogo descartan que sea epiléptico y llegan a la conclusión de que Samuel tiene terror nocturno. Laura deja de ser una niña obediente, se aisla, desobedece...
Todo está "patas arriba". La situación que están viviendo con David los tiene desbordados y además está causando un desequilibrio emocional a sus hermanos. Carlota ya no sabe qué hacer, siente que no puede más, que no le quedan fuerzas. Es consciente de que necesita ayuda y no duda en pedirla.


Carlota no duda en pedir toda la ayuda que considera oportuna tanto para ella como para sus hijos. Va pasando el tiempo y las cosas no mejoran. David y Laura ya son adolescentes. Laura tiene problemas para dormir y su rendimiento escolar se ve afectado. Siempre ha tenido muy buena relación con su madre, pero día a día todo cambia. Ella responsabiliza a su madre por todo lo que sucede. No soporta a su hermano y desea que su madre lo eche de casa. Carlota intenta explicarle la situación. Hay que ayudar a David y además es un menor y su obligación como madre es estar a su lado y hacer todo cuánto esté en su mano. Entiende que la situación les supera a todos, pero Laura tiene que entender. Por más que Carlota intenta hablar con ella y explicarle, todo es inútil.
Decide hablar con Carlos y le pide que la ayude y que se haga cargo de David durante un tiempo . David solo respeta a Carlos, quizás por miedo, pero en ese momento es el único capaz de controlarle. Carlos vive con su madre y acepta a quedarse con David un tiempo. Está de acuerdo con Carlota que ante esa situación es lo mejor. Al día siguiente de  quedarse David con su padre, aprovecha que está solo con su abuela para escaparse después de liarla. La abuela no quiere más a David en casa y Carlos le dice que lo siente pero que después de lo sucedido no puede tenerlo en casa. Carlota no tiene otra opción más que hacerse cargo de su hijo. A partir de ese momento su vida se convierte en un infierno. Laura no deja de reprocharle todo lo que sucede. Su trato hacia su madre es muy duro. La insulta, le falta el respeto, la hiere emocionalmente...
Carlota adora a su hija, siempre han estado muy unidas y el trato de su hija la está matando. La agresividad de David cada vez es más intensa y está continuamente expulsado del colegio.
A Samuel intentan mantenerlo lo más alejado posible a esta situación, evitando que vea ciertas cosas, cuando las cosas se complican en exceso Samuel se queda con los abuelos, pero no siempre se puede evitar que vea cosas.
Una noche, después de la cena , Laura y su madre discuten hasta el punto de llegar a las manos. Carlota no está dispuesta a consentirlo y le da un bofetón a su hija y le dice que no vuelva a hacerlo nunca más, pero Laura responde volviéndose a su madre. Carlota ante aquella situación y harta de escuchar los chantajes emocionales de su hija le dice que se vaya cuando quiera con su padre. Laura llorando llama a su padre y le pide que vaya a buscarla.



 Mientras prepara su mochila ambas lloran desconsoladas. Laura se va con su padre y Carlota al ver marchar a su hija siente que le han arrancado el corazón. Llora desconsolada abrazada a Sergio. No puede creer lo que está sucediendo. Su hija se va y Carlota sabe que no volverá. Es demasiado orgullosa.


Carlos le pide a Carlota que baje a explicarle lo que ha sucedido, Laura no ha querido contarle nada. Carlota baja y desconsolada le explica lo sucedido. Carlos la abraza, sabe lo duro que es esa situación para ella. Sabe que para Carlota sus hijos lo son todo. Durante los días siguientes , Carlota llama todos los días a Carlos para saber de Laura. Ella no le coge el teléfono y no quiere hablar con ella. Aún así no hay ni un solo día que Carlota no llame a Carlos para interesarse por su hija. En muchas de esas llamadas tiene que escuchar la dureza de las palabras de su hija a lo lejos. Cada día al colgar se derrumba, no entiende nada, se pregunta porqué han llegado a esa situación, siente dolor, mucho dolor. Se atormenta haciéndose mil preguntas para las que no tiene respuesta.
Poco a poco Carlota va aprendiendo a respetar el silencio de su hija, su espacio, no puede hacer otra  cosa más que esperar a que ella decida acercarse. La estará esperando con los brazos abiertos.
Pasan los meses y hay un acercamiento entre ellas, pero Carlota tiene que tener mucha delicadeza con las conversaciones que mantienen. No quiere que Laura se distancie de nuevo. Hablan y se ven de vez en cuando. Carlota se siente vacía cada vez que ve alejarse a su hija. La relación entre ellas ha mejorado mucho y pueden llegar a mantener conversaciones que antes no eran capaces de mantener. Se muestran cariño, se ríen, bromean...pero Laura no ha vuelto a casa. Mientras el día a día con David cada vez es más complicado. Las faltas de respeto cada vez son más graves. Amenaza a Carlota y a Samuel cuando Sergio no está en casa. Insultos, empujones, mordiscos...
Una tarde, Carlota no puede más, lo ha intentado todo pero ha sido inútil, tiene que tomar una decisión muy dura aunque le duela. No puede seguir consintiendo el maltrato familiar al que están sometidos por David. Después de mucho meditar y analizar sucesos graves tanto en el colegio como en casa, decide presentarse en fiscalía de menores y denunciar a su hijo. Carlota termina de hundirse. Siente que ha perdido ha dos de sus hijos y se pregunta que es lo qué ha hecho mal.
Ese mismo día por la tarde llaman a Carlos y le citan con David en la comisaría. Le explican que Carlota ha denunciado a David. Este declara y le citan en fiscalía para declarar ante el fiscal. David reconoce todos los hechos y a partir de ese momento se tiene que hacer cargo Carlos de él.


Carlota está hundida. Acude al médico y le diagnostican depresión. Empieza con un tratamiento pero no mejora. No sale de casa, no tiene ganas de nada, se siente débil , solo quiere dormir...
Llega a adelgazar diez kilos, quiere recuperar la sonrisa, las ganas de vivir...
Siente que ha fracasado como madre, se echa las culpas de todo, hasta que un día sale de la cama y dice que no más lágrimas, ni más culpas...
Carlota siempre se ha desvivido por sus hijos, ha sido una madre responsable, no perfecta y que habrá cometido muchos errores, pero que lo ha dado todo por ellos. Ella estará ahí si ellos quieren regresar y hacer bien las cosas y si no regresan, ella tiene que continuar en pie, sonriendo, viviendo ...porque tiene un niño pequeño que la necesita y un marido que la adora.
Carlota ha aprendido a sonreír cada día, aunque esa sonrisa sea triste. Ha aprendido que no es perfecta, pero no por eso es culpable de todo lo que sucede a su alrededor, ha aprendido a vivir aceptando las situaciones, ha aprendido a protegerse para que no puedan herirla con facilidad. La vida sigue y Carlota desea correr, brincar, saltar...

Es hora de vivir a pesar de las circunstancias...




 

No hay comentarios: