El faro

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martes, 14 de mayo de 2013

LA OBESIDAD O SOBREPESO INFANTIL



La Obesidad Infantil es una condición donde el exceso de grasa corporal afecta negativamente la salud o bienestar de un niño. El diagnóstico de la obesidad generalmente se basa en el índice de masa corporal. Debido a la prevalencia de la obesidad en los niños y a sus muchos efectos adversos a la salud, se la ha reconocido como una cuestión seria de salud pública.

La obesidad se puede definir como el acúmulo excesivo de tejido adiposo. En los niños los depósitos grasos tienen lugar principalmente a nivel subcutáneo, mientras que en los jóvenes y adolescentes, al igual que en los sujetos adultos, también se forman depósitos grasos intra-abdominales, patrón que se asocia con un mayor riesgo de trastornos metabólicos. Los efectos adversos y los riesgos de la obesidad para la salud en etapas tempranas de la vida incluyen a corto plazo tanto problemas físicos como psicosociales.
 
Estudios longitudinales sugieren que la obesidad infantil, después de los 3 años de edad, se asocia a largo plazo con un mayor riesgo de obesidad en la edad adulta y con un aumento en la morbilidad y mortalidad; persistencia de los trastornos metabólicos asociados, un aumento del riesgo cardiovascular y de algunos tipos de cáncer.
 
La obesidad infantil se asocia con un aumento de riesgo cardiovascular, con hiperinsulinemia y menor tolerancia a la glucosa, y con alteraciones en el perfil lipídico en sangre e incluso hipertensión arterial. Los cambios metabólicos observados en niños y adolescentes obesos se conocen también como síndrome premetabólico y pueden estar relacionados con los trastornos endocrinos que se observan en la obesidad, como déficit de hormona del crecimiento o hiperleptinemia. También se han descrito problemas ortopédicos que se acompañan de alteraciones en la movilidad física e inactividad; trastornos en la respuesta inmune con aumento en la susceptibilidad a infecciones; alteraciones cutáneas que reducen la capacidad de cicatrización de heridas e infecciones y problemas respiratorios nocturnos e incluso apnea del sueño.
 
Las consecuencias psicosociales de la distorsión de la imagen física para el niño obeso pueden ser tan importantes e incluso más que las físicas. Baja autoestima, aislamiento social, discriminación y patrones anormales de conducta son algunas consecuencias frecuentes .
 
Los primeros cambios en ocurrir en los niños obesos son generalmente emocionales o psicológicos. De todas maneras, la obesidad infantil también puede conducir a síntomas más graves y que pueden amenazar la vida, tal como diabetes, presión alta, enfermedades cardiovasculares, problemas de sueño, cáncer y otras aflicciones. Algunos de estos también incluyen enfermedades del hígado, anorexia, bulimia, infecciones en la piel, asma y otros problemas respiratorios.

Estudios han mostrado que los niños con sobrepeso generalmente crecen y se convierten en adultos con sobrepeso. La obesidad durante la adolescencia ha sido relacionada con elevados índices de mortalidad durante la vida adulta.
Los niños obesos generalmente sufren burlas de sus compañeros. Algunos son perseguidos o discriminados por su propia familia. Los estereotipos abundan y pueden llevar a baja autoestima y depresión.  El sobre peso y la obesidad infantil, al contrario de ser signos de salud, ocasionan diversos problemas en la salud integral, física, mental y social de los niños y niñas que la padecen y si no se controla a tiempo, son muchos los problemas que a corto y largo plazo se pueden generar.

Por problemas de obesidad, durante la pubertad son más proclives al suicidio, a las adicciones al alcohol, tabaco y otras drogas y a desarrollar alteraciones de la alimentación como anorexia y bulimia. La obesidad infantil es un problema de salud pública al que padres, maestros y autoridades debemos poner atención, ya que las cifras van en aumento.

 Actualmente tenemos el penoso segundo lugar en obesidad infantil, superados únicamente por Estados Unidos de América.
Para el 2020, la OMS pronosticó que seis de los países con mayor obesidad en el mundo, entre la población mayor de 15 años, serán latinoamericanos: Venezuela, Guatemala, Uruguay, Costa Rica, República Dominicana y México.

De no establecerse estrategias que detengan el avance del sobrepeso y la obesidad en niños y adolescentes […] enfermedades tales como la hipertensión, cardiopatía isquémica, infarto al miocardio, dislipidemias, diabetes, patología músculo esquelética y algunas neoplasias, cobrarán numerosas víctimas. Pero cómo podríamos ayudar a nuestros niños para frenar estos altos índices, que nos están orillando cada día a problemas tan severos de salud. Organizarnos, educar a nuestros niños con el ejemplo de una buena alimentación. Los hábitos y la educación empiezan desde la casa. Los padres de familia debemos hacernos consientes de esta situación y favorecer la sana alimentación de los niños. Los docentes por nuestra parte podemos implementar estrategias que generen conciencia en los niños, padres de familia, comunidad en general. Pero no debemos dar tregua a que la obesidad infantil nos siga ganando terreno.
 

Problemas con el cerebro

Un equipo de investigadores documentó en un estudio alteraciones cerebrales más extensas y problemas cognitivos en jóvenes con síndrome metabólico asociado a obesidad infantil, relación vinculada a una disminución del potencial académico y profesional En la investigación participaron 49 adolescentes con síndrome metabólico en comparación con 62 que no tenían ese trastorno, agrupados por edad, nivel socioeconómico, grado escolar, género y etnia, que recibieron evaluaciones neurosicológicas, entre otras. Los participantes con síndrome metabólico mostraron de forma significativa más bajo rendimiento en aritmética, ortografía, atención y flexibilidad mental, así como una tendencia a la baja inteligencia en general. También mostraron menores volúmenes del hipocampo, aumento de líquido cefalorraquídeo del cerebro, y reducción en la integración microestructural de la materia blanca cerebral.

Cifras alarmantes

-155 millones de niños tienen sobrepeso de los que 30 y 40 millones son obesos, 140 millones de niños (el doble que en la actualidad) estarán obesos en dos décadas.

-Los niños que son obesos a la edad de 6 años tienen un 27% de probabilidad de ser obesos cuando sean adultos.

-86% de quienes llegaron a la pubertad en esa condición tienen una alta probabilidad de mantenerse así el resto de su vida.

-En México el segundo país con mayor índice de obesidad infantil, uno de cada 4 a 5 niños es obeso, mientras que 1 de cada 3 esta en riesgo de tomar esta condición. Uno de cada 10 niños es obeso al llegar a los 10 años.

-Aproximadamente en el 50% de los casos el sobrepeso aparece antes de los dos años y el resto en la pubertad y adolescencia, las etapas de mayor crecimiento.

-Además existe un factor hereditario, puesto que si la madre es obesa, su hijo tiene el 25 por ciento de riesgo de padecerla, si lo es el padre, el porcentaje es del 50 por ciento, y se eleva al 75 por ciento cuando ambos progenitores la sufren. En ausencia de obesidad en ambos padres, los hijos tienen sólo 14% de riesgo de padecerla.

-Al menos 300 mil defunciones al año se relacionan con la obesidad y las enfermedades asociadas a ésta.

Factores que influyen en la obesidad infantil

El cambio del tipo de alimentación tiene mucho que ver, pero también existen otros factores que hacen que un niño sufra obesidad.
Como novedad en el siglo XXI disponemos a nuestro alcance, en supermercados de todo el mundo, gran variedad de alimentos hipercalóricos, lo que hace que consumamos ciertos tipos de comida que hace 20 ó 30 años no existían. Nuestros hábitos de vida son cada vez más sedentarios y en especial la situación se hace crítica en poblaciones urbanas afectando directamente a los niños.  El tiempo disponible de los padres para dedicar a estas actividades es disminuida por las exigencias laborales, sociales y económicas, ya que hoy en día tanto el padre como la madre se ven obligados a trabajar para el sustento de la familia. Estos dos factores al sumarse producen una retención neta de calorías que, al mantenerse en el tiempo, explican el sobrepeso y la obesidad en la población infantil.  La solución es acercarse a los especialistas en nutrición y someter a toda la familia a una dieta que permita cambiar y mejorar los hábitos alimenticios. Esto es un esfuerzo que requiere la cooperación de todos los miembros de la familia, pero sobre todo de los padres que requerirán tiempo y dinero para solventar los gastos que implica el cambio de hábitos de toda una familia. Otro de los factores que influyen al incremento de la obesidad en infantes es el sedentarismo. El practicar una actividad física es esencial para el crecimiento y la salud de los niños.

El estilo de vida que llevan los jovencitos también ha cambiado mucho. La mayoría de las actividades que realizan se concentran en torno a la televisión, la computadora y a los videojuegos. Muchas familias, por la falta de tiempo o por comodidad, acaban dejando a los niños delante de una televisión durante días enteros, en lugar de llevarlos al parque o a cualquier otra actividad que les favorezcan más. Los juegos al aire libre, las excursiones, los deportes, las caminatas y actividades al aire libre son cada día sustituidos por actividades sedentarias.
 
Otro factor importante es que los niños y jóvenes no consumen fibra, toman poca agua y su alimentación se fundamenta en la ingesta de alimentos ricos en grasa y proteínas, así como refrescos y bebidas azucaradas en abundancia. En esta época se consumen al por mayor los alimentos con mas carbohidratos, en todas partes vemos a nuestros niños bombardeados por propaganda en las calles y en la televisión sobre comida incluso hasta llegamos a pensar que es una ganga poder comer más y pagar menos, lo que no sabemos o no nos damos cuenta es que los que estamos perdiendo aquí somos nosotros, pues al dar mayor cantidad de alimento estamos contribuyendo a una enfermedad crónica en años futuros, lo más recomendable es cambiar de hábitos, los buenos hábitos nos llevan a una buena salud y prevención de enfermedades, los malos hábitos, por el contrario nos traen la enfermedad a un corto plazo, pues al verse los niños con problemas de obesidad son mas susceptibles a burlas y a tener una baja autoestima, creando odio por sí mismo y por la sociedad que los señala, incluso muchas veces son atacados psicológicamente por su propios padres o hermanos, si fomentamos la prevención en nosotros,estaremos seguros que nuestra siguientes generaciones gozarán de más salud.

Factores psicológicos

Los hijos de madres o padres solteros, parejas divorciadas o separadas, alcohólicos o adictos, muestran con mayor frecuencia, que los que viven en familias integradas y sin desviaciones, alteración de las conductas y hábitos de alimentación, que se manifiestan como sobrepeso, obesidad, desnutrición, o bulimia. Del 20 al 40% de los adolescentes con obesidad severa son “comedores compulsivos”. La autoestima en los niños obesos varía con la edad y el sexo. Las niñas tienen más riesgo de problemas de autoestima que los niños. La aceptación de los padres y la despreocupación por la obesidad pueden ser factores protectores de la autoestima, si bien dificultan la búsqueda de ayuda y el tratamiento. Entre los adolescentes obesos, alrededor de la mitad tienen síntomas depresivos moderados a severos y más de un tercio reportan niveles altos de ansiedad. Las adolescentes obesas se aíslan y se involucran más en conductas riesgosas y antisociales como drogadicción y alcoholismo que sus pares sin esta enfermedad y tienen también mayores intentos suicidas que las no obesas.

Recomendaciones

La publicidad y otras formas de mercadotecnia de alimentos y bebidas dirigidas a los niños tienen un gran alcance y se centran principalmente en productos ricos en grasas, azúcar o sal. Muchos datos muestran que la publicidad televisiva influye en las preferencias alimenticias y las pautas de consumo de la población infantil. Además, para promocionar esos productos se recurre a una amplia gama de técnicas que consiguen llegar a los niños en las escuelas, las guarderías y los supermercados, a través de la televisión y de Internet, y en muchos otros entornos.
Se estima que hay unos 43 millones de menores de cinco años obesos o con sobrepeso. Para garantizar que los niños puedan crecer en un entorno saludable, la OMS publica sus recomendaciones en materia de promoción de alimentos y bebidas dirigida a los niños.


Enfermedades relacionadas

Los niños con obesidad pueden sufrir de hipertensión, colesterol elevado y resistencia a la insulina desde la infancia o pubertad y continúan con el riesgo en la etapa adulta. En varones, aumenta el riesgo de ateroesclerosis, infartos al miocardio, accidentes vasculares cerebrales, diabetes así como cáncer de colon. Las mujeres en cambio, son proclives de padecer artritis degenerativa, aumento de la presión arterial en el embarazo y predisposición de fracturas de cadera. Especialistas del Instituto Nacional de Pediatría calculan que niños con sobrepeso de 25% adicional al normal tienen mayor probabilidad de presentar alteraciones hormonales. En la mujer, puede generar infertilidad, ovarios poliquísticos y alteraciones del ritmo menstrual. Se calcula que la hipertensión arterial, es un problema que no se detecta en la etapa de niñez y adolescencia, presentandose cifras de 120/70 mmHg, cuando lo normal es de menos de 100/60 mmHg antes de empezar la pubertad. Tampoco se identifica el incremento del colesterol que suele tener cifras normales de adultos, pero que en niños y adolescentes pueden ya estar elevados. Por problemas de obesidad, durante la pubertad son más proclives al suicidio, a las adicciones al alcohol, tabaco y otras drogas y a desarrollar alteraciones de la alimentación como anorexia y bulimia.

Factores y medidas de prevención

Según los especialistas, la obesidad y el sobre peso tiene mucho que ver con el estilo de vida familiar y entre los principales factores están:
  1. La genética, ya que este problema puede ser hereditario cuando alguno o los dos padres son obesos.

      2. El padecer algún problema emocional o psicológico, puede desencadenar también obesidad.

      3.  La selección y forma de preparación de alimentos. Esto incluye un exceso de alimentos grasos   o con gran contenido en carbohidratos y azúcares o con muchos condimentos y la falta de alimentos con fibra como frutas y verduras.

      4.  El sedentarismo, es decir la falta de ejercicio físico diario.

      5.  El consumo excesivo de alimentos chatarra con exceso de grasa, condimentos y de bajo valor nutritivo, que se ha convertido desafortunadamente en una “opción”, para los padres que trabajan y tienen muchas ocupaciones durante el día.

      6.  La obsesión por la cantidad de alimentos que deben consumir los niños.

Para prevenir la obesidad en los niños y niñas se recomienda:
  1. Preparar un desayuno y comida que incluyan alimentos de los tres grupos, para que tengan energía, proteínas, vitaminas y minerales que les permitan crecer sanos y fuertes.

      2. Cenar ligero.

      3. Servirles cantidades adecuadas a su edad y evitar la repetición.

      4. Comer despacio, a una hora determinada y masticando bien los alimentos. Comer de prisa a   veces ocasiona que se quiera comer de más.

      5.  Evitar el consumo excesivo de alimentos chatarra.
 

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