El faro

El faro

martes, 26 de febrero de 2013

UN SUEÑO CONVERTIDO EN PESADILLA(Continuación)



                       

Por la noche en la cama Alberto le dice a Eva María que quiere regresar a casa. Ella no quiso discutir y pensó que después de su comportamiento era lo mejor. Alberto le dijo que podía quedarse la niña y ella con sus padres y que él regresaría solo. Eva María sentía la obligación de irse con él, puesto que habían ido juntos. En unos días la niña tenía revisión con la pediatra y tendría que irse de todas formas, así que consideró que lo más correcto era irse los dos juntos. Pero sí le dejó claro a Alberto que en cuanto llevara la niña a la revisión y solucionara unas cosas que tenía pendientes...tanto la niña como ella se irían solas a disfrutar de su familia. Alberto le contestó que hiciera lo que quisiera.
Por la mañana un primo de Eva María les lleva a la estación de autobuses, tenían billete para el mediodía, así que sacaron los billetes y pasaron la mañana dando vueltas por ahí para no molestar otra vez al primo de Eva María. Ya que la estación quedaba lejos del pueblo de la familia de Eva María. Lo increíble fue que a los diez minutos de sacar los billetes Alberto no tenía ni unas décimas de fiebre. Estaba perfecto. Eva María no se lo podía creer. Llegó a la conclusión de que esa fiebre había sido solo de pensar que estaba lejos de su madre y por eso en cuanto sacaron los billetes y vio que regresaban y vería a su madre, la fiebre desapareció. Era la única explicación que Eva María encontraba a toda aquella situación.
 
                        
 
Ya en el autobús le dice a Eva María que echaba de menos a su madre y que estaba deseando verla. No hacía ni dos día que no la veía. Eva María se sintió anulada como mujer.
Nada más llegar a casa lo primero que hizo fue irse a ver a su madre dejando a Eva María y a la niña en casa. Parecía que su hija y su mujer no pintaban nada en su vida. Para él lo único importante era su madre. Era una situación totalmente subreal.
Pasaron los días y en cuanto solucionó las cosas Eva María preparó las maletas y sacó un billete. Se iba sola con la niña como le había dicho a Alberto a disfrutar de su familia y rodearse de la gente que la quería. Necesitaba alejarse de él y de la situación que creaba continuamente. Pensó que el estar lejos de Alberto la ayudaría a aclarar sus ideas y sobre todo sus sentimientos. Estaba hecha un lío y no era para menos.
Cuando Alberto ve que es cierto que su mujer se va le pide que no se vaya, pero es inútil, Eva María ya ha tomado una decisión. Al ver que no consigue hacerla cambiar de opinión decide irse de casa porque no quiere estar presente cuando ella se vaya. Pero lo hace sin despedirse de su hija y de Eva María.
Al rato llama la madre de Alberto y le pide a Eva María que no se vaya, que Alberto está destrozado y no deja de llorar porque la niña y ella se van.
 
                        
 
Ella le dice que lo siente mucho, pero que necesita irse. Que Alberto no se ha estado portando bien con ella y que necesita alejarse para recapacitar y sobre todo intentar recuperarse, ya que su estado de ánimo no es muy bueno. No pasa ni un cuarto de hora y llama la abuela de Alberto y amenaza a Eva María diciéndole que si se va la denunciarán por abandono del hogar y que Alberto se separará de ella.
Eva María no da crédito a las palabras que está escuchando, se angustia mucho y no sabe qué hacer. No quería preocupar a sus padres que ya habían regresado del viaje. Así que decide llamar a una conocida psicóloga que además había estado tratando a Alberto. Está tan nerviosa que no acierta a marcar el número de teléfono. Cuando Marisa le contesta, Eva María está tan angustiada que no es capaz de hablar. Marisa intenta calmarla, le manda hacer unos ejercicios de respiración y cuando consigue relajarse un poquito, le cuenta a Marisa lo que sucede. Marisa se queda tan sorprendida como Eva María, pero le dice que si es lo que ella necesita y ha decidido que adelante. Para tranquilizarla le dice que no pueden hacer eso puesto que él está informado de a dónde va su mujer y su hija y sabe dónde localizarla. Simplemente se iba unos días a visitar a su familia y lo sabía. Marisa la anima a seguir adelante, piensa que Eva María realmente necesita alejarse de Alberto y que lo que pretenden es asustarla para que no se vaya.
Ya más calmada y habiendo reflexionado decide llamar a sus padres para contarles lo sucedido. Ellos la animan a irse, son los primeros en desear que su hija este lejos de Alberto.
 
 
 
                                  
 
Para que no esté sola viene su madre y la acompaña hasta que se va en el autobús. Eva María tenía la esperanza de que Alberto apareciera a despedirse de ellas aunque fuera en el último momento, pero no fue así. Se despidió de su madre y se subió al autobús con su niña. Enseguida salieron de la estación y Alberto no había ido. La niña está tranquila, pero ella está muy triste y no puede evitar llorar mientras mira detrás del cristal. Son muchos momentos los que va recordando y es tan doloroso recordar el comportamiento de Alberto hacia ella desde el primer día de casados que no puede evitar llorar a pesar de llevar su niña en brazos. Ella soñaba con una relación tan diferente a la que estaba viviendo que no entendía el cambio de su marido. Siempre había sido un novio cariñoso, comprensivo, protector, detallista...¡cómo imaginarse esa pesadilla que estaba viviendo!. Intentó calmarse y centrarse en su hija y viajar tranquila. La primera parada que hacen es de veinte minutos en Benavente. Eva María va al baño para cambiar a la niña y cual es su sorpresa, que al salir del baño se encuentra a Alberto . No podía creer lo que veían sus ojos.
Alberto le dice que no podía dejarla ir sin despedirse de ella y que había ido hasta allí para decirle que la quería . Ella está tan sorprendida que no sabe qué decir. Cuando se están subiendo al autobús le dice a Eva María que disfrute de su familia y que regresen pronto a casa. 
 
                           
 
Eva María está emocionada por la sorpresa, aunque hubiera preferido evitar todo el sofocón por el que le habían hecho pasar horas antes.
Una vez que llega a casa de su abuela , baña a la niña para que se quede relajada, le da de comer, come algo ella y se acuestan las dos . La niña había dormido en el viaje pero ella estaba agotada. Se abrazó a su niña y se quedaron las dos dormidas.
 
 
 
Cuando se despiertan se ponen guapas y van a visitar a tíos y primos de Eva María. Todos están encantados de tenerlas allí. Saben que está sufriendo y piensan que no se lo merece.
En principio tenía pensado quedarse quince días, pero la relación con su abuela era tensa, ya nada era igual entre ellas. Eva María tuvo que terminar quedándose en casa de sus tíos. A pesar de pasar unos días tranquilos y pasárselo bien con sus prim@s, no pudo evitar echar de menos a su marido. Hablaban todos los días por teléfono y cada vez que lo escuchaba sentía mariposas en el estómago. Alberto parecía tranquilo y al hablar con él le recordaba al hombre del que ella se había enamorado. Durante esos días además de tener ganas de estar con él , está ilusionada. Se siente como si volvieran a ser novios.
Después de una semana lejos de casa decide volver. Su familia y sus padres le dicen que se quede unos días más, pero su corazón quiere irse con su marido. Saca el billete y llama a Alberto para decirle que regresan a casa. El viaje se hace largo. Cuando llegan, Alberto las estaba esperando. Se fueron a casa y no dejaron de abrazarse y besarse en todo el día. Todo era muy bonito, parecía un sueño. Ese día estuvieron todo el día juntos en casa sin salir, como si estuvieran en una burbuja, aislados de todo.
 
                              
 
Al día siguiente volvieron a la realidad . Era todo demasiado bonito para que fuera una realidad. Por un momento ella había creído que él había cambiado, que su ausencia le había hecho recapacitar y comportarse de otra manera, pero lo cierto era que seguía siendo tan miserable como siempre.
Era fin de semana  y la niña estaba con los padres de Eva María . Así que Alberto estaba feliz porque todo el tiempo de su mujer era para él. Desde  que habían tenido la niña todo eran reproches hacia su mujer. En vez de estar feliz y sentirse orgulloso no hacía más que echar en cara a su mujer el tiempo que le dedicaba a la niña . Siempre le decía que era muy buena madre, pero al mismo tiempo con su comportamiento era evidente que tenía celos de la niña. De su propia hija...solo quería que Eva María le dedicara su tiempo a él y obviamente la niña era lo primero para Eva María y para cualquier padre maduro y responsable. Estaba claro que Alberto era un inmaduro, era como un niño reclamando atención en cada momento. Eva María intentaba ser comprensiva pero era realmente difícil, ella era mas joven que Alberto, tenía dieciocho años y necesitaba un hombre maduro a su lado, capaz de darle lo que cualquier mujer necesita. Estabilidad emocional, cariño, respeto, confianza, seguridad...
Un complemento de cosas que en su relación no las había.
Ese fin de semana fue perfecto. Eva María siempre hacía lo que él quería , entonces estaba contento. Ella estaba tan ciega, tan enamorada...pero ese sentimiento él se encargó de ir matándolo poco a poco, igual que una larga tortura.
Era muy triste que para Eva María poder recibir un poquito de cariño de su marido tuviera que desprenderse de lo más importante para ella, su princesa. Era muy duro, la niña aunque era pequeña percibía ese mal ambiente y para evitarlo en la medida que ella podía y para poder ir sobrellevando aquella situación no le quedaba otra occión más que dejar la niña con sus abuelos. La echaba mucho de menos la dejaba tres o cuatro días con sus padres y luego se la traía. La tenía unos días y volvía a llevarla. Siempre que podía iba a verla mientras Alberto trabajaba.

                                  

Eva María no podía echarle toda la culpa  a Alberto, porque ella no tenía que haberse separado nunca de su hija y sí tenía que haber dejado a Alberto con su madre, ya que era tan infantil  e inmaduro y tenia " tan extraña dependencia" de su madre que Eva María tuvo que padecer durante algunos años. Alberto tenía una relación con su madre que para Eva María y para cualquier mujer no hubiera sido normal. Siempre salían con ella y cuando iban por la calle en vez de cogerse de la mano de su mujer, iba cogido de la mano de su madre y Eva María caminando detrás de ellos con el carrito de la niña.
Eva María cada vez que piensa en las humillaciones que ha tenido que pasar como mujer y como persona, tanto por parte de Alberto como de su madre, cree que ha sido maltratada por ambos.
Eva María a pesar de todo siempre se había portado bien con ellos, había sido generosa, había perdonado sin guardar rencor y ellos se aprovecharon de sus buenos sentimientos sin importarles el daño que hacían. Solo les importaba sus ambiciones y actuaban con egoísmo y descaro. Siempre mintiendo y tapándose entre ellos.
Eva María ha dado mucho y no ha recibido nada bueno. Esa relación la dejó sin energías, sin fuerzas para ver las cosas con claridad. Sin iniciativa propia, con una pobre autoestima y con una personalidad anulada.



Una larga historia ya que esta relación duró nueve años. Es difícil recordar momentos tan desagradables y muy difícil de resumir. Ya necesitaba vomitar toda esta basura ya que son muchas las mujeres que sufren el maltrato. Continuaré contando esta historia de la mejor forma que sepa , con toda la sensibilidad y respeto para todas estas mujeres y siempre que vea que hay gente que tiene interés y sigue la historia. Mucha fuerza para todas y también mi apoyo.
                                                     Continuará...
 
 

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