El faro

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domingo, 17 de marzo de 2013

CABALLOS DE SEVILLA


                                                                                                                      

                  
                                        EL CABALLO BLANCO DE SEVILLA          

 

                      











                   
 
Características de los caballos :
 
 
Es fundamental para una relación agradable con el caballo, el entender sus comportamientos y sus sonidos.
 
Uno lee que los caballos son brutalmente tímidos, aunque muy valientes en la guerra o en los deportes. La visión de los caballos es cercana y en monocolor (gris) oponiéndole a que pueden llevar su atención a acontecimientos tan lejanos que el ser humano no es capaz de ver si no es con prismáticos.
 
Los caballos suelen llevarse bien en parejas pero mal cuando se trata de grupos de tres del mismo sexo - en este sentido ¡son como los niños! Para que un caballo sea feliz y esté sano, tiene que poder hacer ejercicio todos los días, tener la compañía de humanos y/o otros caballos, tener un establo limpio para descansar y disponer de una alimentación equilibrada.
 
Los caballos resultan ser lamentablemente tontos en relación con el perro, el gato o el cerdo, que poseen cerebros mayores; aunque encuentra su camino de vuelta a casa en la oscuridad y a muchos kilómetros de distancia sobre terrenos desconocidos y difíciles.
 
Los caballos responden a nuestros tonos de voz y palabras con suma precisión, recuerdan a personas y experiencias durante años; le afecta el aburrimiento incluso provocándole una enfermedad; diferencia a adultos de crías, incluso de otras especies, reclama la ausencia de algún amigo o se muestra antipático hacia una persona, animales, actividades y objetos.
 
Estos talentos sumados a su facilidad para predecir tormentas y terremotos, han llevado a suponerles una percepción extrasensorial.
 
                          
 
La visión de los caballos:
 
 
Tanto el emplazamiento como el contorno de los ojos, le da al caballo una capacidad de visión que encaja perfectamente con el pasto y su ambiente natural.

Si se le deja hacer lo que el quiere, puede pasarse al menos la mitad del día pastando con un posición del cuello hacia abajo, desde la cual, sin mover la cabeza, abarca un sector de visión de 32º; en horizontal, en ambos lados y por su parte de atrás, y de vez en cuando mueve la cabeza para verificar el resto.
 
 
                          
 
Capacidad de visión en los caballos:
 
 
- Puede ver a distancia un depredador.- Es capaz de ver otro caballo invadiendo su territorio.
- Puede ver su comida.
- Ve lo que necesita y lo que no ve, lo huele, lo oye o lo siente.

 
 
Cómo ven los caballos:
 
 
Los ojos del caballo están en ambas partes de la cabeza, y no al frente como los humanos o los gatos y muchos perros. Cada ojo transmite una visión distinta a través de los nervios ópticos a las células del cerebro. Por lo general, cada ojo ve su parte, sólo cuando mira al frente con su cara perpendicular al terreno, puede definir ambos ojos simultáneamente hacia el mismo punto en el espacio. Algunas razas con ojos extremadamente separados, no llegan ni a conseguirlo.
 
La vista del caballo tiene un campo mayor que la humana, si ambos están en el mismo sitio y dirigiendo su mirada hacia el mismo lugar.
 
En su trabajo con silla o tirando de un carruaje, la vista panorámica que posee, continúa informándole de todo lo que pasa por su entorno. Su reacción hacia amenazas o curiosidades recibidas por este sentido, no son normalmente de agrado hacia los seres humanos. Esto significa que cuando se le hace saltar sobre grandes obstáculos o galopar a gran velocidad, un caballo que sea sostenido con fuertes riendas, se rebelará contra ellas al no permitirle poner la cabeza y cuello de la forma necesaria para verlo y observarlo.
Cuando corre, puede ver tanto si le persigue un animal, le está alcanzando un vehículo, como ver si existen obstáculos en su frente.
 
Tal vez perciba esto con poca claridad, la falta de una visión binocular y finida, que proporciona la visión en tres dimensiones, y un sentido perfecto de la profundidad, como nos pasa a nosotros, le hacen ver las cosas en un solo plano y con pocos detalles.
 
Los ojos normalmente permanecen estacionarios en sus cavidades. Aunque los mueve cuando el caballo sufre un intenso estrés, tras períodos de juego o cuando bosteza. Muchos somos los que hemos visto los ojos de un caballo cuando está asustado, son fáciles de recordar.
 
Al estar los ojos en la posición que antes he explicado, lógicamente no puede ver nada que esté cerca del centro de su cara. Esta es la razón por la cual o bien levanta bruscamente la cabeza o la gira o incluso ambas juntas, cuando un visitante con poca experiencia con caballos, intenta tocarle directamente la frente.
 
La forma de acariciar a un caballos en la cara es subiendo la mano poco a poco desde abajo y tocándole la mandíbula, el cuello, los belfos o los lados de la cara, antes de intentar otras partes.
Una prueba de la confianza que tiene el caballo en su cuidador es que este puede tocarle directamente en la frente sin provocar la retirada.
 
 
                                        
                                              

El oído de los caballos:
 
Un caballo se da cuenta de un lobo a tanta distancia que su jinete ni lo ha podido ver y seguramente ni lo ha oído. Que el caballo lo vea o no, puede dudarse, pero el hecho es que ha percibido al lobo. Los sentidos de los caballos colaboran unidos para conseguir grandes efectos.

Los altavoces de un aparato de música producen tonos musicales que van desde 20 decibelios hasta los 20.000. Lo demás se hace inaudible para el ser humano.
Las facultades de los caballos son muy superiores debido al gran espectro auditivo. Detectan pisadas, ruedas, silbatos, voces y tormentas mucho antes que nosotros.
 
                         
 
Cómo oye un caballo:
 
Todo su cuerpo es un receptor de sonidos, de tal manera que el sonido transmitido por el aire es recibido por los oídos y el transmitido por la tierra es recibido por un sistema de amplificación formado por los pies, por la parte interna de los oídos y por el cerebro.
 
Las orejas tienen un giro rotativo sobre su eje, llegando a ser incluso mayor de 180º permitiendole una mayor recepción.
 
El sentido del oído y sus interpretaciones le son tan indispensables para su seguridad que cualquier daño o perjuicio podría causarle una gran angustia. Incluso podrían dejar de dormir o comer si un sonido no saben identificarlo.
 
También es sabido que con sus oídos expresan su estado de ánimo, por ejemplo, cuando echan las orejas hacia atrás es señal de miedo.
 
El sentido del olfato, oído y tacto le permiten al caballo discernir a tan largas distancias que normalmente inician con estos sentidos su atención antes que con la vista.

 
El tacto de los caballos:
 
 
De todas las maravillas de su repertorio físico, ninguna sobrepasa el sentido del tacto de los caballos. Un caballo bien enseñado, parece que realmente se anticipa a los deseos de su jinete. No necesita ni silla, ni riendas, ni bocado, todo lo recibe a través de su piel.
                                    
 
El jinete ejecuta ayudas con manos o rodillas sin haberse dado cuenta, no siendo así para el caballo. Jinete con seguridad, caballo tranquilo.
 
El sentido del tacto es crítico en la paz mental del caballo, ya que desde que nace, la madre empieza a tocarle y a hablarle, aprendiendo con rapidez a sentir relajación y confort apoyando su cuerpo contra el de su madre, buscando estas sensaciones durante el resto de su vida, siendo así tan fundamental en las relaciones humanos-caballos.
 
Si relacionamos con el oído, podríamos decir que se complementan, por piel y cascos.
 
Tanto es así que debido a la enorme cantidad de movimientos sísmicos en California, los caballos de esta zona, suelen sentirse extraños y fallar en carreras de otras partes de EEUU, durante los primeros días, claro.
 
 
El olfato de los caballos :
 
 
Una vez más, la capacidad de oler de los caballos es increíblemente superior a la del ser humano.
 
 
 
Un semental es capaz de oler a una yegua en celo a una distancia de 800 metros. La tarjeta de presentación de los caballos es su respiración ya que para relacionarse entre ellos, se exalen mutuamente, conociéndose a partir de ese momento.
 
En cuadras británicas, cuando llega una yegua nueva, es presentada a la líder; dependiendo de cómo sean sus exalaciones, se sabrá si cabe la posibilidad de que se peleen por el liderazgo o no.
 
Su vida está formada de tal manera que el olfato sea esencial. La orina y los escrementos son verdaderos estamentos para otros caballos, en el sentido de la sexualidad y territorialidad.
 
Aún así, los caballos aborrecen el olor a muerte. Muchas veces, un caballo se para en seco, rehusando pasar por una dirección al oler a un cadáver. Su instinto de defensa le dice que donde hay muerte, es probable que haya depredador.
 
Antiguamente, eran usados para saber si el agua o alimentos eran venenosos.
 
Relacionado con otros sentidos, cuando huelen algo, también lo miran y saborean recordando estas sensaciones incluso durante años.
 
                          
 
El sabor de los caballos:
 
Amantes de la hierba, heno y del pienso, los caballos son forofos de los dulces.
 
 
Todo aquel que tiene un caballo o que conoce su mundo, sabe que después del trabajo, una zanahoria, una pera o una manzana es recompensar y premiar a nuestro amigo por el esfuerzo realizado, por aguantar nuestros errores encima de él y por llevar a cabo nuestras órdenes.
 
Los caballos salvajes comen hierba de forma intermitente, su estómago no está preparado para digerir grandes cantidades de comida de una vez.
 










 No pasa exactamente lo mismo con los caballos domesticados, que necesitan alimentación adicional para mantenerse en buenas condiciones físicas para responder bien en su trabajo.Pero no sólo es eso lo que influye a la hora de darle una dieta u otra.


 
El tipo de caballo o poni, su edad, su temperamento, la época del año, el clima y el trabajo que hace el caballo son los puntos a tener en cuenta.

Hemos creado una serie de pautas para que tu caballo tenga una buena alimentación.
 
 
Pautas que te servirán de gran ayuda para no cometer frecuentes errores que pueden costarle caro:
 
 










- "Poco y a menudo"; es decir, la alimentación debe ser discreta pero repetirse varias veces al día. Antes de darle más en cada plato, dele más a menudo.
 
- "Rutina"; deberá escoger una hora que se adapte a la rutina del trabajo que realiza el caballo, y no la cambie. Además asegúrese de que los depósitos donde guarda el pienso estén a prueba de bichos y roedores, ya que un alimento en mal estado podrá crear complicaciones en su caballo. Observe cómo come, si le gusta, si se deja grandes cantidades...

- "Cambios graduales"; si le cambia la comida al caballo, deberá hacerlo de forma gradual, poco a poco. El cólico es un dolor abdominal agudo, que casi siempre es el resultado de gases o inactividad del intestino, pero puede agravarse y desembocar en un torcimiento de intestino, esto puede convertirse en un serio problema, por eso los cambios en la alimentación, siempre, de forma gradual

"Agua fresca", los caballos beben una media de 5 y 10 cubos de agua al día. Un bebedero con agua fresca es indispensable, antes de comer y después de realizar ejercicio. Por el contrario si bebe mucho después de comer, la comida no tendrá ningún valor nutritivo, ya que arrastrará la comida del estómago demasiado rápido
- "Alimentación según trabajo"; no es lo mismo que el caballo haya salido a dar un paseo de una hora por el campo, que haber estado trabajando en pista con salto de obstáculos, la alimentación no puede ser igual.
 
-"Nunca antes  o después de comer"; el trabajo con el caballo no debe realizarse ni antes ni después mientras se hace la digestión. Hay que dejar al menos una hora antes y después. Un trabajo intenso después de comer podría provocarle un cólico.
- "Alimentos verdes"; hierba recién cortada. Se puede dar en cualquier momento. Evite el césped recién cortado y la hierba que ha sido tratada con pesticidas.
- "Recompense al caballo"; zanahorias, manzanas, azucarillos...son las chuches de los niños en el mundo de los caballos. El caballo se lo agradecerá y además creará un vínculo con el caballo de confianza-trabajo-recompensa.
 
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