El faro

El faro

domingo, 10 de marzo de 2013

UN SUEÑO CONVERTIDO EN PESADILLA(Continuación)



Estefanía ya tiene seis años y Jonathan cuatro.
Alberto y Eva María ya llevan seis años casados y aunque físicamente ya no la maltrata, psicológicamente no deja de hacerlo. La relación sigue siendo tensa. Eva María solo siente un gran cariño por el padre de sus hijos, ha intentado una y mil veces recuperar su matrimonio, volver a enamorarse de su marido pero le ha resultado imposible. Todo lo que Alberto le había hecho y el comportamiento que aún seguía teniendo hacían que estuviera fría y distante. No le importaba darle un abrazo o un beso en un momento en que le veía mal. Le quería mucho, pero no como una mujer quiere a un hombre. Ella quería salvar su matrimonio, tener una familia, que sus hijos pudieran convivir con ambos. Alberto era un niño grande que estaba haciéndole daño a ella, pero que estaba destruyendo su vida y perdiendo lo que él más quería hasta quedarse solo y sin nada. En el fondo le tenía lástima.
Estefanía adoraba a su madre. Todas las noches antes de dormirse Eva María le leía un cuento. Al terminar de leerle el cuento quería otro y otro...no quería que su madre se alejara de ella.
 
-Mamá no bajes la basura.
 
-¿Por qué?.
 
-Es que tengo miedo de que te vayas o que te pase algo.
 
-Cielo...no pasa nada por mamá  bajar la basura. No me voy...si alguna vez mamá se va...Jony y tú os iríais conmigo. Nunca os dejaría.
 
-Pero...¿y si te pasa algo?.
 
-Estefanía...no va a pasarme nada, ¿a qué tienes miedo?.
 
-Tengo miedo de que te pase algo y te vayas al cielo. Si te vas al cielo yo iré a verte todos los días.
 
-Cariño no me va a pasar nada, pero el cielo está muy alto, ¿cómo ibas a ir a verme?.
 
-Pues poniendo una escalera muy alta y te llevaría flores porque te gustan mucho...
 
Eva María abrazó a su hija sin saber qué más podía decirle. Sufría pensando que podía perder a su madre y eso era terrible para una niña de seis años.
Un día la niña empieza a quejarse de dolor de tripa. Le dolía mucho y vomitaba. En maternidad dicen que seguramente es algo de gastroenteritis que está comenzando. Pasan los días,la niña ya no vomita, ni tiene fiebre...pero sigue diciendo que le duele y camina algo encogida. La llevan a su pediatra y les dicen que suban para maternidad porque parece apendicitis. Estando allí la niña empieza a tener fiebre. La miran los pediatras y dicen que van a llamar al cirujano porque efectivamente parece apendicitis. El cirujano no tarda en llegar, esculta a la niña y sale a  hablrar con Alberto y Eva María y les comunica que la niña va a ser operada de inmediato. Afortunadamente todo salió bien. Eva María se queda toda la noche con su hija en el hospital . Hay un momento en el que Eva María salía del baño y se encontraba mal, afortunadamente estaba una enfermera en la habitación que pudo sujetarla porque se caía al suelo. Fueron más enfermeras y la tumbaron en el suelo con los pies en alto. Poco a poco se fue recuperando. Le dieron una tila para que se relajara y además  el azúcar también le benía bien por si había tenido una bajada.
 
                                  
 
Afortunadamente todo ha salido bien, así que le dan el alta a Estefanía. En unos días ya podrá ir al colegio. Eva María está deseando llegar a casa para estar cómoda con sus hijos.
Jonathan no va muy bien en el colegio. Se ha vuelto un niño rebelde y desobediente en el colegio. No obedece a la profesora y su comportamiento cada día es peor. Desde que Eva María le dijo a la profesora que su hijo era  epiléptico todo había cambiado. Estaban empezando a vivir una pesadilla. La profesora todos los días hacía pasar un mal rato a Eva María cuando iba a buscar a Jonathan. La dejaba delante de todos los padres en ridículo. Para Eva María ir a buscar a su hijo al colegio se convirtió en una tortura. La actuación de esa profesora no fue positiva ni para Jonathan ni para Eva María. El comportamiento del niño cada día era más negativo y llegó incluso a tener un rechazo escolar. Siempre que había colegio el niño se quejaba de dolor de barriga. El niño le contó a la pediatra que la profesora lo castigaba en el cuarto de los ratones y que estaba oscuro. Eva María nunca lo denunció en conserjería, cosa de la que se arrepiente actualmente, porque eso añadido a otras circunstancias a creado una situación y una problemática con Jonathan al día de hoy complicada, sería y grave.
 
Eva María se siente sola. Las discusiones con Alberto y las faltas de respeto la tienen saturada. Siente que ya no puede más. Necesita vivir tranquila y sin miedo. Unas amistades de Eva María saben que está aguantando porque no quiere irse a casa de sus padres y no tiene otro lugar a donde ir. Ni dinero para pagar un alquiler, ni trabajo...
Un día después de una fuerte discusión con Alberto Eva María estaba llorando, estaba angustiada y llena de impotencia. Estas amistades le ofrecieron ayuda. Tenían un ático que no habitaban y estaba completamente amueblado. Era muy pequeño pero para ella y los niños suficiente. Le ofrecieron que se quedara en el ático el tiempo que hiciera falta sin ningún tipo de compromiso ni teniendo que pagar ningún gasto. Esto sería mientras ella buscara un trabajo y se pudiera permitir pagar un alquiler. Eva María no estaba muy convencida. Se lo pensó y aceptó. Habló con su abogado y antes de irse de casa presentaron la demanda. A partir de ese momento mientras Alberto trabajaba, Eva María sacó su ropa y la de los niños. Cuando Alberto llegó ella ya se había ido. Hablaron por teléfono y Eva le explicó la decisión que había tomado. Alberto le suplicó que volviera a casa que todo iba a cambiar. No la convenció. Eva María tuvo que apagar el teléfono porque no dejaba de llamarla.
 
 
                          
 
En esa misma semana Estefanía se pone mala con fiebre. Estuvo quince días con fiebre. El antibiótico no le hacía efecto y tuvieron que cambiárselo. A Jonathan pasaba una amiga de Eva María buscarlo a casa y lo llevaba al colegio cuando los de ella. En ese tiempo no pudo buscar trabajo, nada salía como esperaba, todo se complicaba. Llama a Alberto y le cuenta su situación. Él va hasta casa y la abraza. Le dice que la quiere, que quiere estar con ella y los niños. Eva María le dice que se lo tiene que pensar. Al día siguiente vuelven hablar. Las familias están totalmente en contra de que vuelvan. Eva María decide intentarlo una vez más. Alquilan un apartamento y viven allí unos meses. Eva María retira la demanda de separación.
Todo es bonito entre ellos. Alberto se porta diferente. Es mejor padre y mejor marido. Eva María en su interior se pregunta cuánto durará aquella situación. Si fuera siempre así...
 
 
 
Ahora comienza la única parte bonita que tuvo esta pareja antes de llegar al desenlace final.
                                             
                                                      Continuará...
 
 
 
 
 

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