El faro

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miércoles, 13 de marzo de 2013

ETAPA DE LOS NIÑOS ( 6-8 años )


El niño que termina la educación infantil, se siente orgulloso y contento de ser mayor. Es más provable que aumente el interés por las tareas que, según él, son de adultos. Esta motivación debe utilizarse para animarle en todo lo que realiza. A esta edad comienza la enseñanza obligatoria y el niño aprende a leer y a escribir.
 
                  
                               
                            
 
 
 
El niño de seis años
 
El niño de seis años tiene una necesidad insaciable de experimentar y probar cosas nuevas. Es  muy vivaz y su afán llega a extremos de querer ganar todos los juegos en los que participa, tener éxito en lo que inicia y exigir que las cosas  sucedan a su gusto. De no ser así, coge rabietas o llora y se desespera. A esta edad se enfandan con frecuencia y sus enfados suelen ser bruscos e inesperados. Normalmente responden"no" a lo que se le pide que haga y no admite un castigo hasta haber pasado un tiempo después de la falta. Poco a poco sus emociones se vuelven más positivas y empieza a disfrutar de las cosas.
 
Su comportamiento va a cambiar con respecto a años anteriores; pueden aparecer tendencias opuestas y contradictorias que le llevan a ser cariñoso con su madre y al minuto estar enfadado con ella. El niño de seis años está lleno de energía. Le gusta jugar, bailar, saltar, correr, subirse a los árboles...su vida es actividad continua.
 
Las pesadillas van desapareciendo a esta edad, aunque siguen siendo frecuentes los miedos a algunos animales(perros, felinos...),a los insectos y sobre todo a criaturas imaginarias(brujas,fantasmas).
 
La vida escolar cobra un significado especial. Disfruta enseñando en casa los trabajos que realiza en el colegio, le gusta las reuniones entre sus padres y profesores...
 
 
 
El niño de siete años
 
El niño de siete años mira al mundo con ojos nuevos. Es más razonable, menos caprichoso y travieso y más pensativo. Ayuda en las tareas de la casa y es más colaborador.
Se vuelve más tranquilo y soñador. Se inicia la apertura a la vida, a la socialización, aunque le encanta, de vez en cuando, encerrarse en su "mundo" de sueño y de imaginación desbordante, en el que todo es posible. Suele ser más inseguro por eso pone más atención  en las actividades que realiza; repite una y otra vez un ejercicio hasta que llega a dominarlo. Es muy emotivo y teme no lograr sus objetivos. De ahí la necesidad de sentirse estimulado por cuanto hace para aumentar así la confianza en si mismo.
 
En cuanto al desarrollo motriz, el niño de siete años integra las nociones de forma y distancia. Es capaz de coordinar movimientos más complejos.
 
La inteligencia sufre una transformación importante; el niño empieza a desligarse de las apariencias y antes de dar una respuesta, se esfuerza por reflexionar y comprender la lógica de las situaciones y de los objetos. Destaca la disminución del egocentrismo y del pensamiento mágico, favoreciendo al mismo tiempo el desarrollo de la conciencia de si mismo y de la conciencia moral.
 
También se nota un aumento considerable de vocabulario, además es capaz de contestar preguntas sobre algo que ha comprendido.
 
En cuanto a las relaciones con los demás, es normal que a esta edad se tenga ya un amigo especial, aunque le cuesta todavía integrarse en el grupo. Se muestra colaborador y cordial.
 
                         
 
 
 
El niño de ocho años
 
 
 
 
 
 
 Para el niño de ocho años no hay nada difícil. Explora continuamente su entorno. Hace nuevas amistades y se preocupa mucho de la opinión de los demás. Las dos características de esta edad son: la nueva capacidad de apreciación de los demás y los desahogos constantes.
 
En cuanto a la inteligencia, continúa  en el período de las operaciones concretas y empieza a manejar y a distinguir entre los diferentes conceptos de cantidad, longitud, espacial,tiempo,etc.
 
Como si hubiese despertado, el niño de ocho años vuelve a mostrarse agitado y espontáneo. Le gustan los deportes y se entrega a ellos con entusiasmo. Su emotividad se equilibra; comienza a  liberarse de sus propios temores. Empieza a ser consciente de las diferencias entre él  y los demás y se interesa por el mundo de los adultos.
 
El niño de ocho años es menos servicial; si se le obliga a hacer algo, refunfuña. Tiene necesidad de afecto, de que le  feliciten por el trabajo bien hecho. Necesita de los consejos de sus padres para organizar su vida.
 
En la vida escolar se muestra muy activo y particitivo. En esta etapa se produce una reafirmación en la lectura; el niño lee más ágilmente y es capaz de reflexionar sobre lo que está leyendo. Manifiestauna una especial apreciación por sus compañeros que pasan  a ocupar el centro de su vida y de sus actividades y le encanta trabajar en grupo.
 
A esta edad suelen aparecer también los juegos sexuales. Los padres deben saber aceptarlo. Se pueden dar otras alternativas de juego en grupo y no dar mayor importancia al  tema. Los niños, por otro lado, hacen burla a las niñas, aunque ya empiezan a interesarse por alguna en especial.
 
 

 

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