- Cuide lo que dice y la forma en que lo dice. Los seres humanos nos comunicamos por el lenguaje, por el tono y por los gestos. Un mensaje con un contenido muy apropiado puede ser inadecuado por el tono empleado o por los gestos con los que se acompaña.
- Procure expresar lo que quiere no lo que no quiere.
-Procure utilizar el lenguaje para comunicarse, no para desahogarse.
Si se encuentra muy enfadado o alterado, procure esperar a calmarse para comentar lo que le ha molestado. Acostúmbrese a utilizar las señales de enfado, ira y nerviosismo como señales para aplazar la discusión de un problema.
- Centrese en la conducta manifiesta de su familiar, evite elucubrar sobre las causas o la intencionalidad de un determinado comportamiento.
- Refiera a si mismo las que molestan, utilizando el "lenguaje del yo"
- Comience cualquier crítica reconociendo los aspectos positivos del comportamiento del otro, por pequeños que sean.
- Sea específico en sus demandas de cambio en el otro, pida de forma breve, concreta y clara lo que le gustaría que hiciera.
-Seleccione un momento y un lugar apropiados para hablar.
- Vaya expresando poco a poco y en los momentos apropiados las cosas que molestan o que le gustaría que cambiaran, no vaya acumulando las cosas hasta sentirse muy cargado.
-Si a lo largo de la conversación se empieza a elevar la voz o comienzan a haber acusaciones, insultos, etc, aplace la discusión para otro momento y prepare mejor el contenido de la misma.
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