La policía no tarda en llegar. Alberto antes de que lleguen rompe un plato en medio del pasillo. Su intención es decirle a la policía que Eva María le tiró el plato y él solo se defendió. Justo cuando la policía va a llamar al telefonillo llega el padre de Alberto que ya les pone en antecedentes de lo que su hijo le hace a Eva María. Se abre la puerta de casa , Eva María escucha a su suegro, uno de los policías se acerca a la puerta del salón y le dice que ya puede salir. Eva María abre la puerta con Jonathan en brazos y Estefanía cogida a sus piernas. Su suegro se emociona y coge a su nieto en brazos y le da la mano a la nena. Se los lleva para otra habitación mientras la policía habla con Alberto y Eva María. Uno de los policías se quedan en la entrada con Alberto y le pregunta qué ha sucedido. El otro se queda en el salón con Eva María y intenta tranquilizarla. Alberto cuenta que discutíamos y cuando se dio la vuelta le lanzó el plato. Evidentemente el policía no le cree y le dice que su padre les ha contado que maltrata a Eva María a diario teniendo que encerrarse y llamarlo a el para que acuda a casa. Eva María cuenta su versión. La verdad, que los niños y ella estaban durmiendo y llegó la despertó cogiéndola por el pelo muy fuerte, (se queja que le duele la cabeza), la cogió por el cuello y no la mató porque se despertó la niña si no... el policía le toca la nuca y se percibe un gran chinchón, incluso llega a pensar que en vez de cogerme del pelo me había golpeado con algo en la cabeza. Ve que tengo moratones en los brazos, cuello y en un ojo.
Le dicen a Alberto que abandone el hogar y que no regrese a él en un tiempo de cuarenta y ocho horas. Eva María se viste y se va al hospital con la policía y después a comisaria a poner la denuncia. Su suegro se ha quedado con los niños.
En el hospital la miran. Los moratones no tienen importancia, lo que les preocupa es el chinchón que lleva en la cabeza. Le hacen una placa porque consideran que para un tirón de pelos era un chinchón demasiado grande. Afortunadamente a pesar del dolor de cabeza que tiene le duele un montón la cabeza. Se queda en un susto y un mal trago. Le dan para el dolor y se van a la comisaría. Eva María está nerviosa. Los agentes la tranquilizan y le dicen que se tome su tiempo. Ella comienza a contar todos los episodios que le han sucedido a lo largo de los años que lleva casada con Alberto y a su vez contestando las preguntas que ellos le formulan . Cuenta también los episodios de violación de su propio marido. Así consideran los agentes los echos que Eva María cuenta. Le explican que eso es un delito y que su marido puede quedar en el calabozo cuando vaya a declarar. Eva María está aturdida, nerviosa, cansada y dolorida. Está deseando llegar a su casa. Cuando los agentes la llevan a casa son las siete de la mañana. Suben a casa con ella para asegurarse que Alberto no está en el domicilio. Los niños estaban despiertos. A penas habían dormido comentó el suegro de Eva María. Los agentes se fueron deseándole que todo saliera bien.
Eva María llamó a sus padres para decirles que su suegro iba a llevar a la niña y les contó lo sucedido. Eva María cerró la puerta con llave dejándola atravesada para que no pudieran abrir desde afuera y se acostó un rato con el niño.
Eva María a penas pudo dormir. Jonathan seguía durmiendo y mientras ella hizo café. Tenía que tomarse una pastilla, no soportaba el dolor de cabeza que tenía y encima el haber dormido tan poco también influía. Estaba sentada en la cocina tomándose el café y no dejaba de pensar. Había visto muy cerca la muerte. Nunca había pasado tanto miedo por eso se decidió a poner la denuncia. Su cabeza pensaba qué hubiera sucedido si la niña no despierta. Qué hubiera hecho Alberto si se hubiera quedado solo con los niños después de cometer una "locura"...
El niño seguía durmiendo así que aprovechó para darse una ducha. Estuvo un largo rato debajo del agua. Cuando salió se quedó pensativa, con la mirada perdida, eran ¡tantos los pensamientos que tenía en su cabeza!...el frío la hizo reaccionar y se seco bien para vestirse. Jonathan acababa de despertarse. Se abrazó a él como si fuera un muñequito...le hizo el biberón, había dormido mucho y seguramente tendría hambre. Ese día no salió de casa. Las persianas estaban bajadas, a penas había luz. No quería ver el mundo, la realidad, solo aquellas paredes que eran las que realmente conocían su sufrimiento, su dolor...tenía ganas de llorar y al mismo tiempo no podía. Sentía un nudo en su estómago. Tenía que tomar decisiones y no se veía capaz. Aún le quería...
Se preguntaba si él estaría sufriendo por lo que le había hecho. Si la extrañaba y si estaba arrepentido.
Jonathan jugaba con los juguetes y no daba qué hacer. Eva maría por mas que intentaba no pensar era incapaz. Su cabeza le iba a explotar. Necesitaba mucho cariño, abrazos, besos...
Pensaba en la de veces que su padre le dijo que no se casara, que Alberto no la iba hacer feliz. No se había equivocado . Pero cómo ella se iba imaginar algo así. Era como si estuviera viviendo una pesadilla de la que quería despertarse...
Cada día me cuesta más escribir esta historia y tengo la impresión de no estar hacíendolo bien. Me gustaría que alguien se animara a dejar su opinión con total libertad.
Continuará...
El niño seguía durmiendo así que aprovechó para darse una ducha. Estuvo un largo rato debajo del agua. Cuando salió se quedó pensativa, con la mirada perdida, eran ¡tantos los pensamientos que tenía en su cabeza!...el frío la hizo reaccionar y se seco bien para vestirse. Jonathan acababa de despertarse. Se abrazó a él como si fuera un muñequito...le hizo el biberón, había dormido mucho y seguramente tendría hambre. Ese día no salió de casa. Las persianas estaban bajadas, a penas había luz. No quería ver el mundo, la realidad, solo aquellas paredes que eran las que realmente conocían su sufrimiento, su dolor...tenía ganas de llorar y al mismo tiempo no podía. Sentía un nudo en su estómago. Tenía que tomar decisiones y no se veía capaz. Aún le quería...
Se preguntaba si él estaría sufriendo por lo que le había hecho. Si la extrañaba y si estaba arrepentido.
Jonathan jugaba con los juguetes y no daba qué hacer. Eva maría por mas que intentaba no pensar era incapaz. Su cabeza le iba a explotar. Necesitaba mucho cariño, abrazos, besos...
Pensaba en la de veces que su padre le dijo que no se casara, que Alberto no la iba hacer feliz. No se había equivocado . Pero cómo ella se iba imaginar algo así. Era como si estuviera viviendo una pesadilla de la que quería despertarse...
Cada día me cuesta más escribir esta historia y tengo la impresión de no estar hacíendolo bien. Me gustaría que alguien se animara a dejar su opinión con total libertad.
Continuará...
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